Agrimensura

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La Agrimensura fija límites territoriales, tanto en el campo como en la ciudad. Antes de nacer cada pueblo, o crecer cada ciudad, alguien tiene que delimitar las tierras para convertir un territorio infinito en un espacio con dimensiones propias. En toda obra civil o emprendimiento inmobiliario, primero se necesita un Agrimensor que delimite el terreno sobre el que se va a construir.

La organización del Catastro es una actividad más de la Agrimensura, que a partir de la registración de bienes que son objeto de derechos territoriales, le permite a los poderes públicos y personas con interés legítimo conocer y resolver diversas cuestiones como por ejemplo: si los inmuebles ofrecidos tienen existencia real, si hay pretensiones territoriales superpuestas, si la valuación sobre la que se aplica el impuesto territorial es correcta, y sobre todo, si se corresponden los hechos existentes que delimitan el inmueble con las enunciaciones instrumentadas en los títulos.

Entre otras cosas, la Agrimensura también elabora, produce y difunde la Cartografía, sistema básico de información territorial, que por su metodología gráfica es universalmente el más accesible a la interpretación. A través de los mapas, las cartas y los planos el territorio se hace visible en su conjunto permitiendo de esta manera la planificación, la soberanía y la defensa territorial. También posibilita los estudios geopolíticos, económicos, sociales, y los sistemas fiscales; el estudio de los sistemas de comunicación, transporte, y distribución energética para elaborar la programación y el desarrollo de las obras y servicios públicos en general, así como las propuestas de preservación del medio ambiente.

Nuestra milenaria profesión es la avanzada del progreso y pilar de una justa contribución y, fundamentalmente, lo que ha de ser en nuestra patria, garantía de la propiedad.

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